lunes, 24 de noviembre de 2008

El Bodegón

Miro por la cocina buscando el cuenco de frutas para hacer la práctica del bodegón. Pero caray, debo estar medio ciego porque no lo veo. Tras unos pocos segundos, encuentro el cuenco, pero lleno de mandarinas. Bodegón harto soso sería si solo incluyo mandarinas. Así que saqueo los cajones de fruta del frigorífico para ver si se puede hacer algo más vistoso. Naranjas, limones y unas manzanas rojizas es todo lo que encuentro junto con unas uvas. Desesperación. El bodegón más soso de la historia, dirán los periódicos. Que no cunda el pánico, me digo, y busco algo más. Cucharones de madera, una jarra de barro cocido, un trapo y una planta servirán para darle algo más de vidilla a la práctica. Así que compongo la escenita con todo el mimo y el cuidado que mi catarro me permiten, y con cuidado de no estornudar encima de la fruta (qué desagradable sería) voy poniendo los elementos unos junto a otros buscando la mejor composición. Demasiados colores parecidos. Lo soluciono con un trapo de otro color y tratando de alejar los colores que más se parecen y juntar más los opuestos. Al final la cosa queda bonita. Por si acaso, no muevo nada, que los cubiertos de madera miran al suelo con ganas de caerse. Trípode en una mano y cámara en la otra, me dispongo a jugar con la luz y los ángulos. En esta práctica he probado con algo más de calma los tiempos de exposición y el modo manual de la cámara, y los resultados me gustan, pero tengo que probar con los tiempos de exposición en otras fotos diferentes para enredar un poco más.
El resultado: Bonitas fotos. Creo que me voy a comer una mandarina ahora que nadie mira =D.






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